Menos de tres meses distanciaron el golpe de Estado en Uruguay del de Chile. El 11 de setiembre de 1973, las Fuerzas Armadas chilenas derrocaron al gobierno del presidente Salvador Allende y dieron comienzo a una dictadura que se extendió hasta 1990. “Claramente no es una casualidad, es parte de un plan”, dijo a la diaria Mercedes Giménez, integrante de la Asociación de Uruguayos en Chile (AUC), organizadora de una serie de actividades en ambos países bajo el lema “A 50 años, solidaridad y resistencia, unidos en la memoria Chile y Uruguay”.

La iniciativa surgió de la Casa Memoria José Domingo Cañas, un sitio de memoria ubicado en Santiago de Chile, en el que funcionó el Cuartel Ollagüe –un centro clandestino de detención y tortura–, entre 1974 y 1987. En el marco del aniversario compartido, el año pasado la organización chilena invitó al Museo de la Memoria de nuestro país a realizar acciones en conjunto. Luego se vieron involucradas la AUC, la Fundación Zelmar Michelini, el Instituto Cultural Suecia Uruguay y el Servicio Paz y Justicia (Serpaj).

Una de las propuestas más destacadas es el bordado de un lienzo de cuatro metros, con una silueta invertida de América Latina, realizado a medias por mujeres de ambos países. Esta semana llegó a Uruguay la fracción chilena para ser unida a su otra mitad. Una vez terminado, se exhibirá en un lugar que aún no fue definido, pero se espera que el 27 de junio pueda observarse en el Palacio Legislativo. Después, la idea es que vuelva a Chile para el 11 de setiembre.

Dentro del país que mira al océano Pacífico “hay una historia de bordadoras de memoria”, como Violeta Parra, cuyas arpilleras “mostraban la realidad, sobre todo de las mujeres”, contó Giménez. Aunque en nuestro país no existe este pasado, la experiencia de bordado fue similar en Chile y Uruguay. “Simplemente se convocó a las personas que quisieran participar y llegó un montón de gente”, narró. Una vez reunidas, “fueron surgiendo las ideas y las propuestas”. En Montevideo el taller “fue precioso porque se fueron armando subgrupos por tema”, entre los que se encontraron hijos de detenidos que conversaron sobre lo que implicó la situación de sus padres durante su infancia.

Consultada sobre las edades de los participantes, Giménez dijo que “en los dos talleres hubo gente que vivió el golpe y gente más joven”. Desde las nuevas generaciones existe “por un lado un compromiso y por otro un interés en saber y de estar en contacto con la experiencia de otros”, consideró. Para la integrante de AUC, el intercambio caracteriza a los encuentros de bordado colectivo. “Mientras se toman las decisiones de qué hacer, de qué colores usar, dónde poner las cosas, también se va conversando de a qué memoria corresponde eso. Es una experiencia muy bonita de tejer memorias”, reflexionó.

Por otro lado, se organizó una actividad relacionada a las ex presas de la cárcel de Cabildo, donde cientos de mujeres fueron recluidas entre 1968 y 1977. Bajo la consigna “Vuelos de libertad” se creó un lienzo con la imagen de “200 aves que revolotean y encierran al cóndor”, representando a quienes estuvieron en la prisión ubicada en Miguelete y Nicaragua.

Otras experiencias

En la Casa Memoria José Domingo Cañas, junio fue definido como el mes de Uruguay. Desde el miércoles 7 se han desarrollado actividades que incluyeron la inauguración de la exposición fotográfica “Uruguay, a 50 años”, una mateada, el preestreno del documental Pasajeros –sobre un hombre que ayuda a una mujer a escapar de los militares en 1975–, y la proyección de la película Migas de pan y el documental Uruguay, ¿usted lo conoce?

Asimismo, el próximo sábado se exhibirá el documental Decile a Mario que no vuelva y se realizará un conversatorio al respecto, además de que se presentará la murga Trapos Sucios. Para cerrar, este martes tendrá lugar un evento en conmemoración de los 50 años del golpe de Estado en Uruguay. 

Por otra parte, se realizarán dos coloquios, uno en cada país. El primero será el 6 de julio, sobre las resistencias al golpe, y tendrá lugar en el Aula Magna de la Facultad de Información y Comunicación de la Universidad de la República. Dos meses después, el 7 de setiembre, en Chile, el encuentro girará en torno a la experiencia del exilio y a la resistencia desde ese lugar. Ambas instancias tendrán un formato híbrido.

“Para nosotros es muy emocionante porque cuando estás fuera del país, todo lo que refiere a tu país cobra una relevancia especial”, manifestó Giménez al conversar sobre las diferentes propuestas. De acuerdo a su relato, la motivación detrás de las iniciativas es “destacar que pasaron cosas horribles” y a la vez “levantar las experiencias sanas de resistencia y solidaridad, porque no todo fue horror, también hubo experiencias muy potentes”.