Cuidar la democracia y no violar los derechos humanos es obligación del Estado, por supuesto, pero también de todos y cada uno de los habitantes del país.
Se estimula una interpretación psicologizada del desempleo, lo que despolitiza el abordaje, suponiendo que la clave para su resolución es moral, educativa y no estructural.
Negar algo tan evidente como el “terrorismo de Estado” ocurrido en el periodo de los gobiernos de Pacheco Areco y Bordaberry es como desconocer el Holocausto o el genocidio armenio.
La universalización de las AFAM es una medida que tiene la capacidad de generar impactos fuertes a corto plazo para atender una problemática que no puede esperar al largo plazo.