Los adultos realizan cambios a los textos que les leen a los menores, sea porque se preocupan por la interpretación y explican el vocabulario, o por añadir expresiones que hacen más amena la lectura.
En nombre de dar garantías a los docentes y apelando discursivamente a sus derechos, se sostiene el statu quo, donde antigüedad es la palabra generadora de la organización del trabajo.