En el Día Mundial de la Libertad de Prensa, la ONG Reporteros sin Fronteras (RSF) presentó su clasificación global de la libertad de prensa para 2024, en la que Uruguay subió un puesto: pasó del 52 al 51, después de dos grandes caídas consecutivas. Esta pequeña mejora en el ranking de RSF se da en consonancia con un descenso de las amenazas y restricciones a la libertad de expresión de periodistas, registrado por el Centro de Archivos y Acceso a la Información Pública (Cainfo) en su último informe, que pasó de 66 en 2023 a 59 casos en el último año.

Según RSF, Uruguay “tiene un contexto propicio para un diálogo constructivo e inclusivo sobre el papel de los medios en el país”, y aunque el panorama mediático “es bastante pluralista”, sigue “concentrado en tres grandes grupos: Villar/De Feo (Canal 10), Romay (Canal 4) y Cardoso/Scheck (Canal 12)”.

Luego, la organización hace un breve resumen por el contexto político del país y apunta que después de 15 años de gobierno del Frente Amplio, en marzo de 2020 asumió como presidente Luis Lacalle Pou con un talante más “conservador”. En esa línea, RSF afirma que “en los últimos años se han registrado varios casos de presiones políticas contra periodistas que cubrían asuntos sensibles, al implicar a miembros de la Presidencia de la República”.

“La despenalización de los delitos de prensa, la regulación de la radiodifusión comunitaria y el acceso a la información pública crean un entorno de trabajo favorable para los periodistas uruguayos”, continúa el informe, en el apartado dedicado al marco legal. No obstante, aclara que, “a pesar del contexto favorable”, de un tiempo a esta parte “varios periodistas de investigación han sido objeto de amenazas, intimidaciones y presiones judiciales”.

RSF también hace una mención al contexto económico del país. Al respecto, señala que “la economía uruguaya es muy dependiente de sus países vecinos, Argentina y Brasil”, y “los recursos naturales son muy limitados, teniendo en cuenta el tamaño del país”.