El diputado de Cabildo Abierto Sebastián Cal compareció el 7 de marzo en la Comisión de Constitución y Seguridad del Senado para dar cuenta de sus dichos en los audios divulgados por Crónica del Este, en los que ratificó sus afirmaciones sobre los vínculos del empresario asesinado Gonzalo Aguiar con integrantes del gobierno.

Este martes, el Senado resolvió levantar el secreto de la versión taquigráfica para que se envíen sus declaraciones a la Fiscalía. En el documento, al que tuvo acceso la diaria, Cal manifestó que conoció a Aguiar en setiembre de 2021, cuando viajó a Roma, invitado por Certal, una organización vinculada con el sector de telecomunicaciones y libertad de expresión, que lo contactó a raíz de su trabajo en la Comisión de Industria.

“En ese viaje es que yo conozco a este señor, Gonzalo Aguiar, y a las personas que les nombraba. Me son presentados como empresarios uruguayos, y uno de ellos como canadiense, el señor John Pollesel, que son accionistas de Boreal Agrominerals en Canadá”, comentó.

Cal dijo que en febrero lo contactaron en su condición de piloto comercial para hacerle una consulta sobre la compra de un avión. “También me preguntaron si había alguna chance de que yo les estableciera algún contacto con el Ministerio de Agricultura en Colombia. Yo, por motivos personales, iba a viajar a Colombia a finales de abril. Les dije que sí, que con mucho gusto”, agregó.

El diputado explicó que tenía varios contactos en Colombia y que se contactó con la embajadora acreditada en Uruguay, Carmen Vázquez, para comentarle el interés de los empresarios canadienses de ofrecer agrominerales. Esto despertó el interés de la embajadora.

En abril de 2022 Cal viajó a Colombia acompañado por otros dos integrantes de Certal que había conocido en Roma y los presentó ante las autoridades del Ministerio de Agricultura. “Quiero aclarar que no estoy acusando absolutamente de nada a esas personas, que también pueden ser víctimas de este señor que decía ser una cosa que no era”, advirtió.

Luego realizó un segundo viaje a Colombia con Aguiar junto con otros técnicos de la empresa canadiense para hacer una exposición sobre los agrominerales que iban a ofrecer, y volvió a encontrarse con Aguiar en Colombia, cuando viajó como observador electoral en mayo de 2022.

En la tercera semana de junio, Aguiar invitó a Cal a tomar un café: “Yo voy y noto realmente una presencia de seguridad que salía de lo común. Si bien las veces que había ido anteriormente a su casa vi seguridad, en esta oportunidad rompía los ojos. Había al menos cinco, seis o siete personas de seguridad en la famosa mansión de Maldonado [...] después de que entro a la casa, en la puerta principal me abre un señor, que no sé de dónde era -por el acento parecía mexicano o de Centroamérica—, con un arma en la cintura [...] Al entrar a la casa, a la izquierda, había una mesa bastante grande, en la cual había al menos cuatro, cinco o seis armas de un calibre importante, con apariencia de armas de guerra”, explicó a los legisladores de la comisión.

En esa reunión Aguiar le pidió que lo acompañara a Paraguay para ofrecer el mismo negocio de los agrominerales, porque no habían salido bien las negociaciones en Colombia. “Yo inmediatamente le dije: 'Mirá, disculpá. Yo no soy lobista. No me dedico al lobby. No me dedico a vender. Te acompañé en su momento porque te presentaron personas que entendí que eran de confianza y que tenían la buena intención de una empresa que estaba instalada en el Uruguay'.

“'Ustedes no tienen idea de quién soy yo porque ustedes son nuevos, pero yo acá financio campañas políticas y después me van a necesitar. Yo te estoy pidiendo un favor. ¿Me vas a decir que te cuesta mucho acompañarme a Paraguay?'”, le respondió Aguiar, según el relato del cabildante.

En ese marco, Aguiar le dijo que tenía policías trabajando para él: “'Los que están acá afuera, al menos de los que están ahora, dos o tres son policías'”. “Me fui bastante nervioso para mi casa y entendí que no estaba bien que yo me quedara con esa información. Entonces fui y lo hablé con el jefe de Policía de ese momento, con Julio Pioli”, comentó.

Cal dijo que el incidente de la persecución policial en la que se descubrió que el empresario viajaba con funcionarios policiales como su seguridad ocurrió unos días después de esa reunión y le llamó la atención cómo fue reduciéndose la magnitud del hecho. “Las primeras crónicas de los noticieros decían que en los vehículos, además de armas, había droga, y eso lo pueden comprobar. Después la versión empezó, con el pasar de las horas, a ser más leve. Ya no había droga. Las armas estaban en regla”.

Cal fue consultado por el senador frenteamplista Oscar Andrade si la última reunión fue en la casa en 2022, y el diputado confirmó que en “junio o julio” y que el planteo del jefe de Policía también fue ese año.

“En los primeros días de diciembre de 2022 ya era algo que rompía los ojos la situación en Maldonado con este señor. Y hablo por segunda vez con el jefe de Policía. Ya ahí se sabía que en lo que yo le había advertido meses atrás algo de cierto había, porque sí me había enterado de que había una investigación administrativa en curso por lo que había sucedido acá en Montevideo y porque se había comprobado que efectivamente había policías en actividad trabajando con este señor”, afirmó.

Luego relató que varios días después, tras hablar con el jefe de Policía, recibe un audio con amenazas. En la grabación, que fue transmitida a los legisladores en la sesión, Aguiar le dice a Cal: “Bo, Seba, dejate de hacer denuncias. Estás quedando pegado, muchacho. Si tenés algún problema conmigo o algo, vení y hablamos acá, de cara, como hombres”. Luego, agrega: “Tenemos, los dos, pelos en los huevos, ¿no? Dejate de hacer denuncias, bo, porque la verdad que no te queda. ¿Ta? De frente y mano, bo. Te estoy hablando bien, como caballero. ¿Tenés algún problema conmigo? Venís y me lo decís en la cara, pero no estando denunciando a la gente, bo, y todavía sin razón. ¿Dale? Mirá que sabés dónde vivo, así que cuando quieras y donde quieras, papá”.

“Este fue el audio que a mí me envió este señor en diciembre. Esa es la voz de Aguiar, una voz bastante diferente, un léxico bastante diferente al del señor empresario que a mí me presentaron en Roma. Y se nota claramente que está en un estado bastante alterado”, relata Cal.

El diputado de CA sostuvo que ese audio le llegó luego de “haber hecho una denuncia al jefe de Policía” y que realmente sintió “un estado de indefensión importante. ¿Si es una amenaza de muerte? A mí en un momento me preguntaron, después de que se hicieron públicos esos audios: ‘¿A usted lo amenazó de muerte?’. Y no, no me dice que me va a matar ni me dice que me va a picar en pedacitos. Pero vuelvo a lo mismo, hoy son todos valientes porque, primero, ya está muerto y, segundo, saben que aparentemente no era narcotraficante, pero pinta no le faltaba y costumbres se ve que tampoco”.

El accionar de Heber como ministro del Interior

También sostuvo que un mes después, el 24 de enero de 2023, le pidió una reunión al entonces ministro del Interior, Luis Alberto Heber, para informarle sobre la amenaza. “Ahí ya se había dado esta situación que se ha hecho pública últimamente, del vínculo que decía tener -yo no sabía si era cierto o no- el hoy ministro del Interior [Nicolás Martinelli]. Además, se habían hecho públicas fotografías del casamiento donde se veía al actual ministro del Interior”.

Según contó, le relató el caso por escrito y días después, al hablar con el ministro, este le transmite que se “quede tranquilo, que es verdad que Martinelli estuvo en ese casamiento, pero que no me preocupe que no va a pasar nada”. Tras esa conversación, Cal sostiene que se sintió “doblemente expuesto” porque el jerarca le había comentado a Martinelli sobre el caso.

Es así que decidió ir “un escalón más arriba” y en febrero “de ese año fue que pudo conseguir una reunión con Álvaro Delgado, a quien también le hice saber de esta situación. Él me agradeció y me retiré”.

El copamiento de La Maison

Cal dijo que luego se dieron situaciones que lo fueron “preocupando” aún más. “Ustedes recordarán el copamiento de La Maison. Yo, que estuve ahí, en esa casa, les puedo decir que nadie puede creer que cuatro desgraciados con dos revólveres viejos podían entrar a coparla. Nadie con dos dedos de frente podía pensar eso”, afirmó.

Por lo tanto, cuando se entera del copamiento, a fines de febrero del año pasado, llama a Heber y el ministro le dice que no estaba enterado. “Me demostraba una vez más una falta de comunicación en los principales mandos donde ya había denunciado una situación que para mí era tremendamente alarmante”, afirmó.

Luego Manini Ríos le consultó si a esa altura ya estaba el nuevo jefe de Policía y Cal le respondió que seguía Pioli y que, cuando se dio el cambio de autoridades, Heber le dijo: “Espero que ahora estés más tranquilo”.

También contó que en Laguna del Sauce se cruzó con Heber y Martinelli, y el ministro, “de forma muy jocosa y risueña, me preguntó, delante de la gente, si todavía no me habían matado los narcos. Le hice saber que no, que por ahora no, pero que cualquier cosa se iba a enterar”.

Cal fue consultado por el senador Javier García por qué no había presentado una denuncia ante Fiscalía. “Estamos hablando de que era un tipo que, como ya dije, ostentaba sus vinculaciones políticas. Además, ya dije quién decía él que lo defendía. Y fue un tipo al que pararon en Montevideo y las crónicas informativas decían que lo habían parado con drogas, con armas, con policía en actividad custodiándolo, y que esa noche durmió en su casa. Tampoco me dio seguridad en su momento para hacer la denuncia. No lo denuncié por miedo. Realmente fue eso”, expresó.

El riesgo del narcotráfico en la política

“Me apena profundamente esta situación y espero que no se haga un mal uso político de ella, sino que se haga un buen uso político. Es una situación que puede vivir cualquier uruguayo que esté o no en la política, ya sea por nabo, por confiado o por lo que sea. Todos hacemos cenas de recaudación. Hace pocos días en Punta del Este vi tickets de 1.000 dólares por cena de recaudación para 1.000 personas. Esto pasa en todos los partidos. En mi partido también hacemos cenas de recaudación”, afirmó.

Sin embargo, señaló que esto debía funcionar como “un llamado de atención”, porque “Uruguay no está tan lejos de convertirse en un país como Ecuador, por ejemplo”. “Creo que tenemos que ser un poquito más desconfiados y no podemos abrirle las puertas al primero que aparece con plata y dice ser un gran empresario”, señaló.

“Tal vez en esas cenas a las que hago mención, cuando faltan 200 o 300 tickets por vender y aparece un milagroso lobista que dice: ‘No te preocupes, yo me encargo de vender esos 200 o 300 tickets a 1.000 dólares cada uno para darte una mano, porque quiero apoyarte’, inconscientemente, el político está recibiendo 200.000 o 300.000 dólares de colaboración del narcotráfico y no lo sabe. En algún momento después van a ir a golpearle la puerta. Creo que seríamos la excepción en el mundo si no estuviéramos ante un riesgo de ese tipo”, afirmó.

“Yo quiero creer que el narcotráfico no se metió en la política, pero va a intentar meterse y va a hacer un esfuerzo supremo por lograrlo”, reflexionó.