¿Cuándo te diste cuenta de que tu vida era, en definitiva, una vida más? Todos, narradores omniscientes de nuestro cuentito, tenemos la megalomanía de sentirnos únicos, especiales, cabalmente irremplazables. Y también, en muchos momentos, obtenemos la conciencia de que somos impermanentes, perecederos y, no sólo eso, sino también completamente comunes. Y ese es quizás el dolor más agudo, pero también el alivio más profundo que podemos obtener: somos una masa indisociada, un colectivo que es la humanidad en la que nos conjugamos hace miles de años y que, por más rasgos identitarios y grupos pop o rock que nos identifiquen, somos parte de esa amalgama existencial que nos performa y excede.

Todo esto se cruza en Un futuro anterior. Su autor, Mauro Libertella, argentino, contemporáneo, hijo de dos enormes escritores como Héctor Libertella y Tamara Kameszain, es una especie de faro. En un sentido muy concreto: pueden leerse sus libros como pedazos de la propia vida.

En una entrevista que le hice hace unos cuantos años en Página 12, en ocasión de la publicación de la que era su segunda novela –Un invierno con mi generación– me dijo que escribía desde sus vivencias porque no podía escribir más que desde allí. En este libro dice, por ejemplo: “Ahora vuelvo sobre lo que me preguntó el otro día e indago, yo mismo, en la naturaleza algo incierta de la convivencia, de la pareja, de por qué estamos con el otro. Supongo que esa es la pregunta que nunca nadie pudo contestar, una especie de misterio fundante. Ricardo Piglia dijo alguna vez que escribimos para saber lo que es la literatura. La misma fórmula se podría aplicar a todo, incluso a las relaciones. Estamos en pareja para saber lo que es la pareja”.

Leer a Mauro Libertella es, a la vez, reconocernos especiales y comunes: todos podemos fundirnos en esa experiencia de haber vivido, de estar viviendo y de haber sido vividos. En Un futuro anterior, lo logra con la experiencia de la paternidad, y antes escribió Mi libro enterrado sobre la muerte de su padre, Un invierno..., sobre el cierre de una etapa con sus amigos en la adolescencia, Un reino demasiado breve, sobre una relación de pareja joven.

Aquí escribe la historia de un vínculo amoroso-generacional que aborda, como dice, el lapso de la juventud y la primera adultez: se conocen con Leticia, son amantes, finalmente se hacen pareja y absorben los modos del mundo: se aburguesan, tienen una hija.

De tener esa hija Libertella hace un momento cumbre: todos, por alguna extraña razón y aun a sabiendas de que es lo mismo que han experimentado todos los humanos a lo largo de cientos y miles de años, refundamos y sentimos la individualidad completamente furiosa al ser padres. Nos ilumina, como un rayo, nos cae sobre las cabezas en signo de corriente eléctrica que nos dice cuánto hemos aprendido, cuán especial es: nos parece abrumadoramente especial la experiencia que estamos atravesando. Y, sin embargo, la sabemos perfectamente común: todo ser humano ha nacido alguna vez y ha tenido, por tanto, progenitores.

Hay otra cosa hermosa de este libro y de todos los que escribe Mauro Libertella: se apropia de la autoficción en términos de sensibilidad, de mostrarse vulnerable y endeble, de señalar sus propios dobleces y temores. Y también porque se permite mostrar las fisuras de una masculinidad hegemónica, tóxica, que oprime y no se permite ser sentimental o frágil, pero que a la vez se está deconstruyendo lentamente.

Sus libros son testimonio vivo de esa experiencia también: de las imposibilidades comunicacionales y afectivas del hombre en general. De la necesidad de buscar en los libros y las palabras una forma de reencauzar esa experiencia de vida que nos cuesta tanto compartir con otres. Aun la más común del mundo.

Un futuro anterior, de Mauro Libertella. 156 páginas. Editorial Sexto Piso, 2023.