Néstor Bergougnoux era director de la Escuela Nacional de Policía cuando agredió a un cadete que cursaba tercer año y estaba próximo al egreso como oficial, en julio de 2022. El policía estaba defecando y no podía salir por esa razón. Se lo dijo, pero Bergougnoux le ordenó que saliera igual del baño y comenzó a decir en voz alta una cuenta regresiva de cinco de segundos. Al término de la cuenta regresiva, pateó dos veces la puerta, con lo que le golpeó la frente a la víctima. Le exigió que saliera a pesar de que tenía los pantalones bajos. Además, lo trató “como si fuera una mujer”, hablándole en femenino.

El policía se quejó de que lo había golpeado, a lo que Bergougnoux le contestó: “No me importa, haga lo que tenga que hacer, cuando yo doy una orden quiero que se cumpla”. La víctima pidió permiso para higienizarse, pero le fue negado y se le ordenó que volviera a la clase. Recién una hora y media después del episodio, pudo ir a su habitación a higienizarse y retirarse del lugar.

Tras la agresión, el estudiante radicó la denuncia. La Fiscalía de Flagrancia de 12º turno, en ese momento a cargo de la fiscal Gabriela Fossati asumió el caso, pero tras su salida de Fiscalía la investigación quedó en manos de la fiscal Sabrina Flores.

La denuncia se hizo pública tres semanas después a través de la diaria. En ese momento el Ministerio del Interior tomó medidas y dispuso que el director de la Escuela Nacional de Policía denunciado sea derivado a realizar otras tareas mientras avanzaba la investigación. Inicialmente siguió en la Escuela Nacional de Policía, lo que significaba un riesgo para la víctima porque podía mantener contacto. En ese entonces, el jerarca además había sido recientemente ascendido por selección como comisario mayor, penúltimo grado máximo policial.

En octubre de 2022, Bergougnoux fue detenido tras negarse a presentarse por voluntad propia a la audiencia de formalización en la que fue imputado por lesiones personales y violencia privada.

Tras su imputación, continuó en funciones y fue trasladado a la Caja Policial. Según la normativa vigente a nivel administrativo en el Ministerio del Interior, cuando un policía es formalizado se informa a la unidad donde presta servicio y se insta al inicio de un sumario administrativo. La normativa establece que es decisión del ministro disponer la retención de haberes y la suspensión del empleo. Bergougnoux continuó en funciones y cobrando su salario completo.

En febrero de este año, Bergougnoux ofreció un acuerdo reparatorio que fue rechazado por el policía agredido, por lo que la Fiscalía continuó la investigación.

Finalmente, Bergougnoux fue condenado este martes por violencia privada en reiteración real con un delito de lesiones personales. Se dispuso una pena de nueve meses de prisión que cumplirá en régimen de libertad a prueba, por lo que no irá a la cárcel. Deberá fijar domicilio, se tiene que presentar una vez por semana en la seccional de su barrio y debe hacer trabajo comunitario por cuatro horas durante dos meses. Además, no puede comunicarse con la víctima mientras dure la condena, directamente ni a través de alguien.

La ley establece que las causales para la destitución de la función pública son ineptitud, omisión y delito. Entonces, ahora el Ministerio del Interior debería iniciar la tramitación de la baja de Bergougnoux de la Policía. Ninguna persona que haya sido destituida de la función pública puede volver a ser contratada por el Estado.