Nacional y River Plate jugaron el partido que la gente esperaba en el Parque Central ante una multitud. Los tricolores, sostenidos en la pelea por el Apertura, mordiendo ruedas, con un ojo en el Mundial de Clubes del 2025. Aunque el equipo de Demichelis estaba en la misma, con la victoria se aseguraba el pasaje a la siguiente fase y la definitiva clasificación al mentado Mundial.

Sobre una bandera que dice La Banda del Parque asomaron una serie de cabecitas en el alambrado. Los bolsos arrancaron el concierto antes que el partido y la hinchada de River contestó como un vecino. Hay un bailecito que es el bailecito del hincha, que precisa el mismo swing que el dos y uno. Subieron el tono con la que dice que están locos de la cabeza. Esa que a la policía no le interesa.

Nacional apretó la salida de River como si hubieran visto videos. Los silbidos son violines que también dirigen la hinchada. Como los bombos o los trapos que suenan a ropa colgada o a esperanza. Miguel Borja con una media vuelta convirtió el primero cuando todavía no iban diez minutos del primer tiempo. Aquello colmó de nervios el asunto.

Jeremía Recoba y Mauricio Pereyra subieron el volumen cuando habilitaron a Gonzalo Carneiro para la primera clara que se fue alta, al tejido donde habitó la hinchada visitante y sus banderas de los barrios. Un gol de contragolpe vale un ciento en la mano de la Copa Libertadores: Borja en su monólogo habló también de asistencias y River consiguió el segundo con Facundo Colidio. Aquello hizo gritar a los suyos que eran vagos y atorrantes.

Gastón González, de Nacional, y Marcelo Herrera, de River Plate, el 7 de mayo, en el Gran Parque Central

Gastón González, de Nacional, y Marcelo Herrera, de River Plate, el 7 de mayo, en el Gran Parque Central

Foto: Camilo dos Santos

River casi encontró el tercero en un nuevo contragolpe. Hubiera sido imperdonable. Salvarse le permitió creer a Nacional. Con el Diablito Echeverri pidiendo todas las pelotas y el bolso exigiendo tiros de esquina, se fue el primer tiempo. El segundo acto empezó con una patada y un tumulto que se arrastró como una ameba de aceite en un caldo de Copa. El árbitro resolvió como en el campito cuando todos se empujan y nadie gana. Nacional con los cambios se fue arriba por el descuento. Entrado el segundo tiempo se perdió la más clara del partido tras una serie de rebotes deformes. Se le movía el arco como la pieza del Arcanoid.

Recoba mandó a Federico Santander y Nacional jugó con tres nueves. Insistiendo como un niño sin sueño consiguió un penal por mano en el área, que Carneiro transformó en gol con la suerte de un barrio donde vive medio país. Con la misma suerte convirtió el empate a puro sentimiento de Libertadores de América. El partido fue un delirio, un teatro mágico sólo para locos y locas, a decir de Hesse. Nacional fue por la épica de la crónica. Que la hinchada pida alegría es lo más noble del juego.

Nacional y River Plate, el 7 de mayo, en el Gran Parque Central.

Nacional y River Plate, el 7 de mayo, en el Gran Parque Central.

Foto: Camilo dos Santos

El ida y vuelta dejó mareos. En las casas los vasos marcaron las mesas y en La Blanqueada el eco todavía suena. Desde antes del partido, desde el chamuyo y el descanse, hasta los descuentos. Hicieron sentir lo que una buena novela o un capítulo que pide otro.

Nacional y River empataron en Montevideo y nos regalaron un partido digno de ensayo, para explicar por qué nos gusta tanto este juego, por qué nos gusta tanto la Copa Libertadores de América. El mundo aplaudió de pie cuando cayó el telón.

Posiciones

Grupo H PTS PJ PG PE PP GF GC DG
River Plate 10 4 3 1 0 8 3 5
Nacional 7 4 2 1 1 6 5 1
Libertad 4 4 1 1 2 5 5 0
Dep. Táchira 1 4 0 1 3 2 8 -6