Una bahía corrugada de fondo, apenas empujada por un viento que quiere ser de otoño, fue un marco único para que Rampla Juniors y Defensor Sporting disputaran un partido atrasado de la primera fecha. Vale decir que Rampla ascendió tardíamente por la disputa de los playoffs del 2023, entrado enero de 2024. Aquello provocó la salida del director técnico que había liderado ascenso, Nicolás Vigneri, la posterior asunción de Martín García y la suspensión de los primeros dos encuentros para poder agarrar rodaje antes de enfrentar el regreso a primera división.

Al tiempo, lo sabido: la salida de García por no encontrar resultados y el ingreso efímero de Juan Castillo como entrenador, primero interino, después oficial, pero que apenas duró un clásico. Después de perder con Cerro 3-0, Castillo abandonó el cargo y volvió a su tarea original de trabajar con los arqueros. Había llegado el momento de la vuelta de Edgar Martínez.

Martínez debutó como jugador en Rampla, se retiró con la misma camiseta y se puso por primera vez el buzo de director técnico y el silbato colgando con las mismas siglas en la espalda. Lo cierto es que Rampla Juniors está hundido en la tabla y Nacional, en el debut del entrenador, le aplicó una goleada que terminó por derrotar a un Rampla que volvió a empezar de nuevo en este partido contra Defensor Sporting. Sin embargo, el violeta, que venía de empatar con Liverpool y que peleará la Copa Uruguay en la final frente a Montevideo City Torque, tuvo un mejor arranque.

A Rampla, con muchos cambios, le costó porque siempre cuesta adaptarse a la presión de los últimos puestos. Nadie se acostumbra a ir último; te habita el miedo, la ansiedad. Así entró Rampla a su cancha del Olímpico, mientras que Defensor Sporting, con otra comodidad, manejó los hilos hasta que consiguió la apertura con un gol de Fernando Elizari. El argentino –ex Cerro, por cierto– supo jugar además en los Dorados de Sinaloa de Diego Armando Maradona. Recibió una pelota perdida al borde del área y la colocó despacito contra el palo más lejano de Andrés Samurio. Defensor abría el marcador en una cancha difícil.

A remarla

El elenco picapiedra, con la vergüenza deportiva a flor de piel, salió a buscar el empate. El río, atrás, se mantuvo como una sábana destendida. Rampla encontró, con Nicolás Dibble y Nicolás Royón, la insistencia necesaria. Consiguió el empate por intermedio de un penal marcado a instancias del VAR, que Mathías Núñez convirtió en gol. El trámite, de alguna manera, se emparejó, pero las realidades de los equipos eran totalmente distintas.

En el complemento fue Rampla el que incomodó a la visita y se le fue encima. En las tribunas, algunos parciales violetas; tras los muros, los de Rampla Juniors suspendidos del ingreso. Dos o tres pelotas movieron la sábana atrás en el río. El Rey del Pollo tuvo la máxima exposición de la semana de su cartel de propaganda entre los suplentes.

En Defensor, para contrarrestar la notoria presencia de Renzo Giampaoli desde el fondo, la inexperiente pero eficaz prestancia de Patricio Pacífico. Del otro lado, Tomás Adoryan creció en participación y, en la delantera, Royón y Dibble tejieron diagonales buscando la habilitación. Entre los tres armaron la jugada para el segundo: robó Adoryan, trasladó Dibble y el que terminó rematando fue Enrique Almeida. Tras el rebote de Kevin Dawson, Royón efectivizó en las piolas la superioridad en el juego del segundo tiempo.

Rampla jugó mejor, en líneas generales, a lo largo del partido frente a un Defensor Sporting que ni con los cambios le encontró la vuelta al difícil terreno del estadio Olímpico del Cerro de Montevideo. Sin embargo, el violeta empujó como pudo, con sus armas y con otras, carcomido por la ansiedad de ver los tres puntos desvanecerse. Samurio, en el arco local, desvió las ocasiones que, de la mano de Octavio Rivero, pudo generar el equipo de Martín Varini. Rampla, de la mano de Edgar Martínez, consiguió su primer triunfo en el campeonato y parece empezar a despertar definitivamente.