Liverpool sufrió una fea derrota por 5-0 en el grupo F de la Libertadores jugando como local en el Centenario ante Palmeiras. El equipo brasileño, de enorme gestión, casi alcanzó la clasificación porque quedó con 6 puntos más que todos sus rivales del grupo cuando sólo quedan dos fechas por jugar.

Otra vez, como en San Pablo, a Liverpool se le rompió el partido en la última jugada del primer tiempo cuando recibió el gol, y después estuvo dando batalla en el complemento, se jugó a empatar primero, a tratar de ponerse a tiro después –de hecho, casi lo hace con un penal que al final no se pateó por una posición adelantada anterior–, y después ya en el final del partido recibió tres goles más que consuman la goleada y la idea de paliza absoluta, que no fue.

Las circunstancias del grupo con el triunfo de San Lorenzo sobre Independiente del Valle en Buenos Aires por 2-0 hace que los tres, San Lorenzo, Independiente del Valle y Liverpool, lleguen hasta la última fecha con posibilidades de pasar a octavos de final, o de pasar a los playoff de la Sudamericana. Liverpool debe jugar los dos partidos de visitante: primero ante San Lorenzo la semana que viene y después en Sangolquí ante los ecuatorianos.

Jugando un serio

La competencia en instancias de tan alta complejidad, cuando se trata de dos colectivos que a priori son tan desiguales en cuanto a su potencialidad, implica asumir planteos que pasan por ofrecer lo mejor posible, pero así mismo no descuidar el más mínimo detalle y sobrecargar la concentración en las acciones defensivas.

Así fue el arranque y el discurrir del primer tiempo, con los negriazules muy concentrados aportando desde el colectivo todo lo que podían para tratar de neutralizar el fútbol sobre patines de los paulistas, y así mismo intentar, cuando se pudiera, generar algún ataque.

Así fue como en la noche gélida del Centenario vivimos 20 minutos de juego casi sitiado por los de camiseta flúo, pero sin embargo también dos ataques netos francos y clarísimos de parte de Liverpool y uno de ellos que terminó con la pelota en las redes pero que no pudo subir al marcador por una posición adelantada que bien pudo haber sido evitada. O sea, pudo Liverpool haber abierto el marcador, las circunstancias se lo hubieran permitido, y su propia propuesta de defensa acérrima, pero no renunciar a llegar al arco contrario lo demostraban.

Claro que la parte norte del campo de juego del Centenario, la que defendía 11 camisetas azules y negras, el mapa de calor atenuaría el frío de la noche del lado de la Colombes, porque todo parecía suceder allí y las situaciones de gol de los palmeirenses se iban sumando con jugadas muy bien armadas o con definiciones de concepción técnica impecables como un remate de Raphael Veiga que todavía sigue vibrando el travesaño.

Conforme fue corriendo el minutero el equipo uruguayo empezó a redoblar su seguro paso por la mitad de la cancha y a establecer atrevidos y exigidos contragolpes que hicieron poner en acción el matafuego de los brasileños, que vieron cómo Liverpool llegaba a su área y generaba acciones que a falta del último pase daban sensación de mucho peligro.

Pero, sin embargo, otra vez, como sucedió en el partido en San Pablo, en el último minuto del primer tiempo llegó el gol de los palmeirenses.

Un balde de hielo para Liverpool. Fue Rafael Vega que picó de ojos cerrados a una pelota en cortada puesta de manera exquisita por Moreno y a su ingreso al área sacó un derechazo tan impresionante que venció a Lentinelly y casi rompe las redes.

Yendo de la cama al living

Para el segundo tiempo Liverpool salió a remarla en dulce de leche, eso sí, pero salió a remarla, y buscó el riesgo necesario como para tratar de poder empatar el partido. Aligeró su zona defensiva, promovió la llegada más cercana de los laterales y empujó a los acompañantes de Luciano Rodríguez más cerca de la media luna.

Ya sabemos que querer no es poder, y con el paso de los minutos el ejercicio cada vez más rápido, técnico y con mucha capacidad de los brasileños fue horadando la voluntad y los intentos de Liverpool, que además físicamente se fue viendo cada vez más superado. Por tres veces y de manera clarísima, cara a cara con Lentinelly, Palmeiras desperdició oportunidades que hubieran sido casi el cierre del partido.

Buscó con honestidad brutal Liverpool el empate, pero al final todo era inevitable: Endrick prendió la moto una vez más, ganó campo rival cual si fuese un latifundista y le cortó la pelota para el ingreso de Raphael Veiga, que esta vez de zurda venció cruzado a Lentinelly para anotar el 2-0.

Encima, ya finalizando el partido, dos cabezazos en el área son gol y entonces Gustavo Gómez cabeceó después de un córner y Endrick en el segundo palo terminó anotando el tercero de Palmeiras.

Pero lo peor es que no todo terminaba ahí, y en tiempo agregado llegaron dos goles más, de Rony y de Gómez, para poner una marquesina de “gran goleada gran”.

Posiciones

Grupo F PTS PJ PG PE PP GF GC DG
Palmeiras 10 4 3 1 0 12 4 8
Ind. del Valle 4 4 1 1 2 5 6 -1
San Lorenzo 4 4 1 1 2 3 4 -1
Liverpool 4 4 1 1 2 3 9 -6